San
Simón la pasa mal. Ayer todo el plantel se
apersonó al local de la Municipalidad Provincial de Mariscal Nieto a la espera
que Melitón Aparicio, presidente del club, les pague los dos meses de sueldo
que debe.
La directiva tenía conocimiento de que los
entrenamientos matutinos no se realizarían, pero el gerente del equipo, Ignacio
Coayla, los acusó de un “acto de rebeldía”
por no cumplir con presentarse a su centro de trabajo.
“Los dirigentes sabían que no ìbamos a
entrenar porque tenìamos que ir a cobrar”, explicò el experimentado José
Mendoza.
Así están las cosas en una institución que
ha hecho todo lo necesario para descender.
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