Melgar regresó a su antigua casa y se sintió bien. Se acomodó a una cancha que históricamente lo ha adoptado como un hijo y ganó. No fue necesario ser descollante ni mostrar su mejor cara, pero lo que hizo el dominó fue suficiente para superar (1-0) a Alianza Lima.
A estas alturas importa es sumar y así ya lo han asimilado. El gol de Patricio Arce (55´) fue premio, si se quiere ver así, al ímpetu local por hacer prevalecer su localía ante un rival que puso poca resistencia y vive inmerso en sus problemas internos.
El 1-0 tranquilamente pudo ser un 2-0 o 3-0 y nadie se hubiera escandalizado, pero nuevamente se falló nuevamente en definición.
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