Cero en todo

Traumática ha sido la participación de Melgar en la Libertadores, mejor dicho el inicio del 2016. No hay de dónde agarrarse para justificar el papelón de la Copa Libertadores, que acabó de la peor manera (goleado 0-4 en Brasil por Mineiro) y el pobre papel del vigente campeón peruano  en el Apertura donde la tabla lo coloca en zona de descenso.

Lo de esta noche en Bello Horizonte ha sido el resumen de lo que es este equipo. Perdido en el campo de juego, desconcentrado, presionado, mutilado en actitud y en virtudes. No hay una pizca para resaltar cuando fallan todos, porque acá el equipo es el que ha fracaso.
Tres goles de cabeza, el primero a los 32 segundos de juego; y otro de penal terminó la pesadilla internacional, pero inicia la angustia, que puede ser peor, de no saber cuál es la solución al problema.

Melgar acabó su experiencia de Libertadores de la peor forma, como el peor equipo del torneo: cero puntos de 18 posibles (6 partidos). Todas derrotas, solo dos goles y doce en contra. ¿Acaso existe otra análisis más concreto que ese?.
El ciclo de Reynoso ha terminado. Si en diciembre del 2015 fue el hacedor del éxito, el dueño de todas las palmas, cinco meses después es el verdugo de la ilusión del hincha rojinegro. Así es el fútbol, de cambios radicales, de momentos, de hoy estas arriba y mañana abajo.
Pero, ¿solo es culpa exclusiva suya?, no aunque fue él quien armó este plantel. Los jugadores también tendrán que golpearse el pecho porque han quedado mal parados. Si querían aprovechar la vitrina internacional para tentar que los miren empresarios foráneos, fallaron. Muchos no saldrán del mercado peruano en muchos años.
Peor no le puede ir a Melgar, se pensó hace algunas semanas y el equipo siguió en picada futbolìstica. Y es que no solo el problema es matemático, sino de funcionamiento, de fundamentos, de táctica y técnica. Así se explica como tres goles brasileños llegaron con centros que partieron de las bandas y que encontraron pésimamente parada a una defensa que en el 2015 fue una de las mejores del torneo local. 
Ahora nombres como el de Rainer o el de Johnnier, se hacen extrañar. Y es que en estos momentos los que no están siempre serán los mejores porque los que han llegado no se asomaron a las expectativas sembradas por ellos. 
La solución tiene que partir desde la interna. No hay una varita mágica que pueda cambiar esta situación, ni trabajo en campo. La labor de Reynoso será limar asperezas con sus muchachos, intentar volver a calar en su pensar como lo hizo la temporada pasada.
Quizá el único remedio que conoce, expectorar del primer equipo a los que no cumplen sus órdenes, ya no de resultados en un plantel que ya está curtido a sus gritos y amenazas.
Esta tarde el equipo retornará a Arequipa para retomar entrenamientos con miras al partido con Real Garcilaso del lunes.

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